martes, 14 de octubre de 2008

Un Sui Generis que tiene el alma "Beatle"

Fuente de la nota: http://www.telegrafo.com.ec/espectaculo/noticia/archive/espectaculos/2008/10/05/Un-Sui-G_E900_neris-que-tiene-el-alma-de-_1820_beatle_1920_--.aspx


Nito Mestre, considerado como el tipo bueno del rock argentino, vino para cantar sus ‘conocidas de siempre’.

Aunque ha formado parte de bandas íconos del rock argentino como Porsuigieco (1976), Los Desconocidos de Siempre (1977-1979), más una carrera de 29 años como solista, Nito Mestre no puede quitarse la etiqueta del ex cantante de Sui Géneris, el grupo que lo catapultó a la fama en 1972 junto con el controversial Charly García, su entrañable amigo desde su época colegial en Caballito, su barrio natal, situado al centro de Buenos Aires. De hecho, Nito es una de las pocas personas autorizadas para visitar a su colega en el neurosiquiátrico donde sigue un tratamiento por su adicción a las drogas.

Y pese a ese encasillamiento mediático, Nito, quien nació el 3 de agosto de 1952 y vino para cantar anoche por primera vez en Guayaquil, no se molesta. Tampoco se siente bajo la sombra de nadie. Más bien considera como algo normal, tal como dice que lo toma Paul Mc Cartney, uno de sus ídolos, con quien compartió el escenario hace 15 años en el estadio Monumental de River Plate, cuando le dicen el ex ‘beatle’.

Sentado en un sofá situado en la planta alta de la tasca bar La Paleta (barrio Las Peñas), se lo percibe como un tipo sencillo y muy conversador, pese a su grandeza. Se lo nota como el hombre que todavía disfruta de sus giras y de la vida hogareña que durante el año distribuye entre Miami y los alrededores de Palermo Hollywood, un barrio bonaerense que concentra algunas productoras de cine y televisión
De chico estuvo involucrado con la música clásica, ¿qué tan drástico fue el cambio de ese género al rock y folk que lo caracteriza?
En realidad no es que dejé la música clásica. Lo que pasa es que cuando era chiquito escuchaba todos los días ese tipo de música en casa porque mi papá (Eduardo Mestre) era violinista clásico y también médico. Cuando estaba en el colegio seguía escuchando música clásica, pero allá cantaba folclor hasta que escuché por vez primera el disco A hard day’s night de Los Beatles. Cuando los oí me cambié al rock porque me enamoré de ese tipo de música. De ahí armé mi banda de colegio que se llamaba The Century Indignation. Más adelante conocí a Charly, que era el líder de la banda rival (To Walk Spanish). Como éramos compañeros de colegio nos tocó coincidir en los recreos y fue allí que nos hicimos amigos. Compartíamos el hecho de que nos gustaban Los Beatles y así surgió Sui Géneris. Con la banda armada empezamos a dar vueltas por ahí para que nos contrataran. El resto es una historia que todo mundo sabe, a través de las múltiples entrevistas que nos han hecho y las páginas de Internet. Los Beatles cambiaron mi vida. Su música para mí es como una Biblia. Y eso fue algo que descubrí cuando tenía 11 años.
¿A tanto llega su idolatría?
Sí. De hecho, estudié cuatro años de medicina con la esperanza de conseguir una beca para ir a Inglaterra y conocer a los miembros de Los Beatles.
¿Fue su padre violinista quien le regaló sus primeros instrumentos?
Primero fue la flauta, y en realidad fue mi abuela (Joaquina) quien me la regaló, pero con la plata de mi papá. Era una flauta dulce. Pero más allá de los instrumentos que toco, soy cantante. Para mí la guitarra y la flauta son un complemento para hacerlo.
Aunque su nombre es Carlos Alberto, siempre se lo ha conocido como Nito, ¿cómo surgió ese nombre?
Más que un nombre es un apelativo familiar. Me llaman así desde chico porque mi hermano no podía decirme “hermanito”. Me decía, “nito, nito” y así me quedé. Así me llamaban mis padres, los compañeros del colegio, en todos lados. Nadie me llama Carlos, y no es que no quiera que me digan así, simplemente me acostumbré a que me dijeran Nito. De hecho, si alguien me llama Carlos por la calle, ni siquiera doy la vuelta para ver quién es. A Charly le pasó lo mismo. Desde el colegio lo llaman así. Cuando nos conocimos fue como Charly y Nito. Después nos dimos cuenta de que nuestros padres nos inscribieron como Carlos Alberto.
A propósito de Charly, ¿cuando lo conoció se imaginó que iban a llegar tan lejos como Sui Géneris y luego individualmente?
Tan visionario no fui. Sin embargo, Charly y yo teníamos una fe absolutamente ciega con Sui Géneris. Cuando ensayábamos con la banda teníamos mucha coincidencia en nuestras ideas, quizás, porque nos conocíamos mucho desde el colegio. Nos complementábamos mucho. Era casi como una lectura de pensamiento lo que teníamos en Sui Géneris. Hubo algo de eso, de qué le gustaba al uno y qué le gustaba al otro. De cómo cantarlo. Con Charly aprendí mucho. Aprendí a ‘desgranar’ la música.
¿Cómo es eso de ‘desgranar’?
Me refiero a desmenuzarla. Durante las grabaciones nos hacíamos muchas señas con las manos, mientras teníamos los audífonos puestos. Lo que sucede es que Charly tiene un oído absoluto que le permite distinguir la tonalidad de cada sonido. No todos lo tienen.
¿Cómo reaccionó él cuando usted sacó “Canta Sui Géneris”?
Lo que pasa es que Charly tiene su ego, pero el disco estuvo super bien hecho. Es un disco imperdible. La opinión de Charly, en este caso, sería muy subjetiva. No puedo decir si realmente le gustó o no. Quizás le chocó un poquito al no participar él. Pero ese disco no fue planeado para hacerlo con Charly. El álbum fue una propuesta mía y tuvo una repercusión muy buena.
Es inobjetable que ambos compartieron el protagonismo en Sui Géneris, pero usted tuvo poca participación en cuanto a la composición de las canciones, ¿fue porque tiene perfil bajo o tuvo que ver con alguna exigencia de Charly?
Sui Géneris nació con las canciones de Charly, pero los arreglos, la idea y energía siempre fue de ambos. Cuando nos juntamos en el 2000 no se me ocurrió añadir temas míos porque yo estaba a punto de grabar otro disco como solista. Puede ser que en el futuro, si es que volvemos a juntarnos el año que viene. Primero hay que esperar que Charly se recupere y esté 10 puntos.
¿Considera que sus últimos trabajos conservan la esencia del Nito Mestre en canciones como “Distinto tiempo”, “Algo me aleja, algo me acerca” o “Tema de cenicienta”?
La concepción de mis últimos discos fue acústica, pero armada con banda. Me gusta tocar acústico para mostrar cómo fueron mis temas hechos en realidad. Y con todo esto se arma una especie de charlas durante mis presentaciones. Entonces cuento cómo o dónde nació cada tema y se crea un clima como si se tratara de un ‘pub’ (bar) grande. Es tal como hace James Taylor, que actualmente está haciendo giras solo con una guitarra y un piano, algo de lo que no me había dado cuenta.
¿Y James Taylor es tan ídolo suyo como Los Beatles? ¿Hay otros?
Sí, sí, claro. Me identifico mucho con él desde siempre porque soy más cantante que guitarrista o flautista. Y todo este tipo de música folk es la que aún me sigue gustando, la han interpretado otros grandes artistas como Cat Stevens, Jackson Browne o Simon and Garfunkel. Y no solo ellos, pues me siguen gustando otras bandas como Led Zeppelin, Deep Purple y y otros grupos absolutamente ‘grossos’, de rock pesado. Pero lo que más me gusta es escuchar y tocar, sobre todas las cosas, temas que se inclinan más hacia lo acústico como los de James Taylor.
Si le diera a escoger entre un escenario pequeño con poco público y uno grande, ¿con cuál se quedaría?
Yo prefiero para lo cotidiano del año pocos conciertos grandes y muchos chicos porque lo disfruto más. No es que no goce de los espectáculos grandes. Lo que sucede es que son más agotadores por la tensión que producen. Además el trato con la gente es mucho más cercano y a mí me gusta eso. Cuando termino de tocar estoy muy cerca, la gente tiene más posibilidades de conocerme, de sacarse alguna foto conmigo. Y eso es absolutamente imposible en un show grande. Por eso prefiero los conciertos con poca gente. Además en un espectáculo grande tenés que tocar con banda sí o sí, pero yo soy muy amante de lo acústico. De hecho, podría tocar ante 20 mil personas, pero no podría darle ‘bolilla’ a todos. Me gusta que la gente disfrute tanto de mis shows como yo lo hago en el escenario.
Ha tocado en escenarios como el Monumental de River Plate y La Bombonera de Boca Juniors, ¿es hincha de alguno de esos equipos?
Sí, de River. También me gusta el fútbol.
¿Algún recuerdo especial que tenga del fútbol?
Claro, el gol de Maradona contra los ingleses en el Mundial del 86, en México. Ese en el que se llevó a un montón de ingleses desde media cancha.
Volviendo a la música ¿ha tenido algún pedido particular durante sus conciertos?
Por lo general lo que más me piden es música de Sui Géneris, pero como te dije antes, no me molesta para nada. Yo siempre complazco a la gente que acude a mis shows. Es más fácil cuando son conciertos pequeños. Allí la gente canta, te pide cosas y vos les hablás. Por eso digo que prefiero las cosas grandes de vez en cuando. No tengo problema en tocar para mucho público, pero personalmente me inclino más por los shows más chicos en los que tenés más control de la situación.
Sui Géneris terminó hace 33 años y luego se repitió con una reunión en 2000, ¿le molesta que todavía lo reconozcan como el ex integrante de esa banda más que como Nito Mestre, el solista?
No me molesta para nada que me digan el ex Sui Géneris. Es como cuando la gente habla sobre Paul Mc Cartney como el ex beatle. Yo lo comparo así, por eso no me incomoda en lo más mínimo. Usualmente la gente nos puede llamar ‘ex tal y cual banda’ como para ubicarnos más. Queda como casi una muletilla y eso está bien. Me parece fenómeno, igual sigo siendo Nito Mestre. Es más, todavía soy un Sui Géneris porque no me he peleado con Charly.
Y entonces ¿por qué se terminó Sui Géneris?
Por cansancio de presentarnos en los mismos sitios. Fue un ciclo, pero igual nos volvimos a juntar después.
Entre los tributos que deben haberle rendido otros artistas, ¿existe alguno que se haya aproximado a su timbre de voz?
No sé si que por suerte o por desgracia, pero hasta ahora ninguno se aproximó porque mi timbre es medio particular. Algunos han tratado. Ojo, no digo que no me gusta que me hagan tributos, pero lo que he escuchado no es lo mismo. Por eso te digo que no sé si eso es una suerte o una desgracia.
A usted que le gusta tanto lo acústico, ¿cree que con la tecnología actual se ha perdido la esencia de la música orgánica?
Puede ser que ahora no haya muchos cantautores como antes. Seguramente hay buenos, pero ‘underground’. En realidad no me llama mucho la atención ninguno de los nuevos, por lo menos en el último año. No hay alguno que pudiera recomendarte.
¿Cómo fue la química con Alejandro Lerner, León Gieco y Beto Cuevas, de La Ley, para la producción de Mestre (2005)?
Bárbara. En el último disco que grabé en estudio la pasé muy bien. El ‘big tres’ que hicimos fue muy grato para mí. Lo grabamos en Miami, con Chris Zalles, a quien conocí por intermedio de Cachorro López (otro ícono del rock argentino). Con Zalles, a quien apoyé en un proyecto llamado ‘songwindows’, hicimos algunos temas juntos. La participación de Lerner, Beto Cuevas y León Gieco fue muy grande porque son unos capos. Son tipos bárbaros. El primero aportó con “Me dijeron”; Gieco colaboró con “Veo en tus ojos”, mientras que Beto Cuevas lo hizo con “Ven al jardín”. Como acá las discográficas están mal lo estoy subiendo por Internet para quienes quieran descargarlo.
¿En qué consiste songwindows?
Se trata de un portal de Internet que funciona como base de datos de compositores de música. Allí los datos están reemplazados por canciones. Es un sitio ideado por Chris Zalles para que los músicos y productores puedan subir y buscar composiciones y canciones, a través de diversos filtros de Internet. Pero por ahora ese está ‘stand bye’. Está en un largo reposo porque necesita muchos ajustes.
¿Con quién se ha sentido más cómodo grabando en su carrera?
Los tres son grandes músicos, pero quizás más con León Gieco y Alejandro Lerner. Es muy fácil trabajar con ellos, son amigos, gente que conozco hace mucho tiempo. Y hay muchos más con los que me he sentido bien en un estudio. He trabajado también con Celeste Carballo, Juan Carlos Baglietto y una infinidad de músicos que podría pasarme un día entero para nombrarlos. Pero los primeros que se me vienen a la cabeza son Alejandro Lerner, quien estuvo conmigo en Los Desconocidos de Siempre, y León Gieco, en Porsuigieco. Y por supuesto, Charly.
¿Cómo es Nito Mestre, el ser humano con virtudes y defectos?
Un tipo normal que está casado con su esposa Pamela desde hace más de 20 años. De hecho, nos casamos dos veces. Me gusta viajar mucho por placer con mi mujer. Camino mucho, soy muy activo, pero a la vez soy ‘familiero’, pues cuando no estoy de gira prefiero estar en casa. Cuando viajás por trabajo te toca dormir en hoteles y no es lo mismo. Ahora vivo muy sano, no fumo ni tomo alcohol. A Dios gracias superé mi problema de alcoholismo hace once años, con el cariño de mi familia, de mi mujer y ciertos amigos que me ‘hicieron mucho la pata’ (respaldaron). Ya ni me acuerdo por qué tomaba. Simplemente eso ya fue.
Pero viaja mucho por trabajo, ¿cómo combina sus espacios como artista y hombre de familia?
Llevo una vida muy apacible cuando estoy en casa, y agitada cuando estoy de gira.Vivo una parte del tiempo en Buenos Aires y otra en Miami. Cuando estoy en casa me gusta estar metido en la computadora, editando. Ahora estoy componiendo temas para un nuevo disco. Me gusta ver muchas películas y leer bastante, especialmente cuando estoy de viaje......
¿Y que está leyendo ahora?
Actualmente estoy leyendo a John Grisham..Es decir que le atraen mucho los dramas legales como los de “El jurado”, que se convirtió en película en el 2003
Sí, precisamente eso.
Pero Grisham es contemporáneo ¿tiene algún autor argentino que lo haya atrapado?
He leído algo de (Ernesto) Sábato antes, también de (Jorge Luis) Borges. Entre mis autores también constan otros latinoamericanos como Isabel Allende. Lo que no llevo es un registro de los libros que he leído. Se me han olvidado algunos títulos de libros porque son muchos. Lo que sí te puedo decir es que el libro de Grisham que ahora estoy leyendo se llama “Una navidad diferente”.
¿Y si se le olvidara la letra de una canción en pleno concierto? ¿le ha pasado alguna vez?
No es lo más usual, pero sí me ha pasado. Claro, a todo el mundo le ha pasado alguna vez, incluso a (Paul) McCartney. Es lo más normal, soy un ser humano como vos, pero si me llegara a pasar en el escenario no me hago drama.
¿Cuando sale al escenario aún siente nervios como si fuera su primer recital?
Tanto como si fuera el primer recital no, pero nervios sí. Pero más que nervios son cosquilleos. Es algo muy agradable. No son nervios de miedo, más bien creo que es ansiedad, curiosidad de saber qué es lo que pasará con la gente para la que voy a cantar por primera vez.

1 comentario:

Rafael dijo...

Hola Cele.
Por fa, póngale mi crédito. Me llamo Rafael Veintimilla. Yo soy el periodista ecuatoriano que entrevistó a Nito en esa ocasión...
Lo hice en dos partes, en Buenos Aires y Guayaquil, Ecuador.
Saludos..