En esta obra prima, el cuarteto fue acompañado por las colaboraciones orquestales de Daniel Goldberg , quién grabó con 24 músicos en EE. UU. El 28 de julio de ese año, Serú se presentó en el estadio Luna Park , con orquesta (sección de cuerdas y vientos) y circuito cerrado de televisión. En la parte trasera del escenario, una pantalla gigante mostraba a los músicos dirigiéndose a escena. Lebón, Aznar y Moro salieron vestidos totalmente de blanco, mientras que Charly eligió una malla negra, saco y zapatillas. El comienzo del recital, con la orquesta a pleno interpretando la poderosa introducción del tema Serú Girán, presagiaba una noche inolvidable. No fue así. Cuando tocaron el tema Disco Shock —una sátira de la música disco , tan en boga en el momento— el público presente quedó desconcertado porque creyó que era en serio. En medio de un coro de silbidos, empezaron a pedirle a García el Blues del levante, el tema que había compuesto con motivo de la despedida de Sui Géneris. El resto del recital transcurrió ante la indiferencia general. La gente no había entendido el mensaje, o Serú no había sabido expresarlo.
El disco Bicicleta —nombre que en un principio Charly había propuesto para el grupo, pero fue rechazado por el resto— fue presentado en el estadio Obras, el 6 y 7 de junio de 1980. En el escenario se podían observar ruedas de bicicleta, conejos y flores, algo que llamó la atención del público y de la prensa, por ser el primer grupo que tenía algún tipo de preocupación por la puesta en escena. El hecho se debió a que Serú Girán había delegado la responsabilidad escenográfica a Renata Schussheim, una vieja amiga de Charly. A partir de Bicicleta, Serú Girán comenzó con sus grandes shows.
Un mes después, en agosto de 1980, se presentaron en el Monterrey Jazz Festival, en Río de Janeiro (Brasil). Tradicionalmente, los representantes argentinos en este festival estaban más vinculados al jazz o al tango que al rock progresivo que proponía Serú. Ese año el concierto se dividió en dos partes. En la primera, se presentaron Serú Girán, el guitarrista estadounidense Pat Metheny y George Duke. El éxito obtenido por los argentinos en esa función fue tal, que los organizadores les ofrecieron volver a tocar en la segunda —la principal— junto a John McLaughlin, Hermeto Pascoal , Egberto Gismonti y el grupo Weather Report
«Cuando tocaba McLaughlin, la gente patinaba y le tiraba avioncitos de papel —recuerda García—. ¡Yo me quería morir! Si a McLaughlin le hacían eso, a nosotros nos achuraban». Sin embargo, esta predicción resultó completamente errónea. La principal razón de la respuesta favorable del público residió en la variedad de matices en los temas interpretados por ellos y, asimismo, algunos de estos tenían una cadencia marcada que invitaba al baile.
El 30 de diciembre de 1980, el supergrupo brinda un histórico recital gratuito en La Rural, los gastos quedaron a cargo del canal estatal ATC que organizó dicho evento bajo el ciclo «Música prohibida para mayores». En dicho concierto Serú Girán reunió más de 60.000 personas, convirtiéndose en el primer grupo argentino en reunir esa cantidad de público.
Peperina fue un disco marcado por las excelentes e impecables composiciones que lo comprenden, como Llorando en el espejo, Esperando nacer, Cinema verité, Salir de la melancolía y Peperina. Para cuando Serú Girán salía a presentar esta placa, se acercaban los últimos días de 1981 y, también, los últimos días de la banda. Cuando Aznar decidió dejar la banda para irse a estudiar a Berklee, se organizó una serie de recitales para despedirlo, con el futuro de Serú Girán entrando en la incertidumbre.
Comenzaba 1982, se avecinaba la Guerra de las Malvinas, y el disco grabado en esos recitales, No llores por mí, Argentina , sería una de las placas más vendidas en ese año. Desde el tema homónimo —transformado en casi un himno—, pasando por En la vereda del sol, Cuánto tiempo más llevará y Eiti Leda, es un disco infaltable como relato y sello histórico de época.
Un poco más avanzado el año, las desavenencias de García, Lebón y Moro (especialmente los dos primeros) acerca de cómo reemplazar a Aznar y del futuro del grupo hicieron que la banda decidiera disolverse.
Muchos años y trabajos solistas debieron pasar hasta que Serú Girán se hiciera presente otra vez. García, Moro, Aznar y Lebón se unieron en 1992 para editar Serú ’92. Absolutamente distinta a una década atrás, la banda se inclinó por un sonido no tan impactante como en su primer capítulo. En el disco no se vislumbra la cohesión grupal, característica vital en sus 4 discos en estudio anteriores. Sin embargo, este nuevo trabajo en estudio luego de 10 años, galardonado antes de salir a la venta, posee excelente canciones como por ejemplo, Mundo agradable, No puedo dejar, A cada hombre, a cada mujer, Transformación, Déjame entrar, Nos veremos otra vez y Si me das tu amor.
Se presentan en las principales ciudades de Argentina como Cordoba, el 4 de diciembre, Rosarioel 11, y finalmente en el estadio de River Plate en Buenos Aires los días 19 y 30, en los cuales convocan unas 130.000 personas. De esta manera, se convirtió en el primer grupo del rock nacional en llenar dos veces el estadio de River Plate.
El tiempo había pasado, y la personalidad de los cuatro músicos, cambiado. Por eso fue que en 1993 no hubo más lugar para continuar con el proyecto del retorno. El último capítulo de la banda de rock más influyente y decisiva de la Argentina se cerraba con el mismo misterio con el que había comenzado. Serú Girán ya no estaba más sobre el escenario. Pero su legado quedó fuertemente vinculado al inconsciente colectivo de todo un país.
no tengo nadie que me acompañe a ver la mañana.
No veas mi capa azul
¿No ves que blanco soy, no ves?